Las medusas no son sólo la peor pesadilla de los bañistas sino que también puede serlo del ecosistema oceánico. Lo ha descubierto un estudio, según el cual, estos animales pueden literalmente destruir la cadena alimenticia.
Para la investigación, los expertos examinaron a las medusas en su hábitat natural (en la bahía de Chesapeake, y en los laboratorios para ententer su interacción con las bacterias que pueblan las aguas.
Las medusas son voraces depredadores y afectan a la cadena alimenticia sustrayendo plankton a otros animales marinos y transformándolo en biomasa gelatinosa que no es consumida por los otros depredadores con tanta facilidad.
Además de quitar el alimento a quienes están por encima en la cadena, las medusas influyen sobre las bacterias que están por debajo, degradando los elementos químicos tras un proceso de reciclaje.
El más afectado es el carbono. Las bacterias prefieren utilizar carbono de las medusas para la respiración en lugar de usarlo para el crecimiento, por lo que producen más CO2 que se expulsa directamente al océano en lugar de ser absorbido.
Esto es debido a la mayor producción de carbono y nitrógeno de las medusas, respecto a otros animales marinos. Dado el aumento constante de las poblaciones de medusas en los últimos años, el fenómeno podría reflejarse en un aumento de la acidificación de los oceános.
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