En una nueva investigación, se ha descubierto un vínculo entre la psicosis y una relación anómala entre dos sustancias químicas que desempeñan tareas de señalización en el cerebro. El hallazgo abre una nueva perspectiva de terapia para prevenir los síntomas psicóticos, que podría resultar en mejores fármacos para tratar la esquizofrenia.
La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales graves más comunes. Los enfermos experimentan síntomas como por ejemplo la incapacidad para distinguir entre la realidad y la imaginación, que se manifiesta a través de ideas delirantes y alucinaciones, entre otras cosas.
La enfermedad tiende a comenzar entre los diecisiete y los veintitantos años de edad aproximadamente, y por regla general persiste durante el resto de la vida del enfermo.
Los neurotransmisores son sustancias químicas presentes en el cerebro y que llevan señales de una neurona a otra. Por investigaciones previas se sabe que existe una relación entre la esquizofrenia y niveles excepcionalmente altos de un neurotransmisor llamado dopamina, en una región del cerebro conocida como el estriado. Los medicamentos empleados actualmente para tratar la esquizofrenia bloquean los efectos de la dopamina en el cerebro. Estos fármacos no son eficaces para todos los pacientes, y además pueden tener efectos secundarios graves.
La nueva investigación ha sido realizada por el equipo del Dr. James Stone, del Departamento de Medicina del Imperial College de Londres, sobre 16 personas con un estado mental en riesgo de desembocar en psicosis, y 12 voluntarios sanos.
Los resultados aportan evidencias de que esos altos niveles de dopamina en las personas con síntomas psicóticos surgen como consecuencia de cambios asociados a otra sustancia química común en el cerebro, el glutamato. Las células que segregan glutamato en una región del cerebro llamada hipocampo, establecen una conexión con el estriado e influyen sobre la actividad de las células secretoras de dopamina. Por lo tanto, los fármacos que obstruyan las señales de glutamato en el cerebro podrían ser capaces de bloquear los síntomas psicóticos en las personas con esquizofrenia.
El próximo paso será ver si estos resultados se confirman en un grupo más grande de personas. Ya se sabe de varios fármacos que interfieren en la señalización del glutamato y que son candidatos prometedores para esa nueva clase de terapias. Por tanto, si todo sale bien, dentro de algunos años podría ser posible empezar a evaluar nuevos tratamientos farmacológicos para las personas con esquizofrenia.
Los resultados aportan evidencias de que esos altos niveles de dopamina en las personas con síntomas psicóticos surgen como consecuencia de cambios asociados a otra sustancia química común en el cerebro, el glutamato. Las células que segregan glutamato en una región del cerebro llamada hipocampo, establecen una conexión con el estriado e influyen sobre la actividad de las células secretoras de dopamina. Por lo tanto, los fármacos que obstruyan las señales de glutamato en el cerebro podrían ser capaces de bloquear los síntomas psicóticos en las personas con esquizofrenia.
El próximo paso será ver si estos resultados se confirman en un grupo más grande de personas. Ya se sabe de varios fármacos que interfieren en la señalización del glutamato y que son candidatos prometedores para esa nueva clase de terapias. Por tanto, si todo sale bien, dentro de algunos años podría ser posible empezar a evaluar nuevos tratamientos farmacológicos para las personas con esquizofrenia.
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