domingo, 6 de marzo de 2011

El pez sapo puede avanzar investigaciones contra las enfermedades.

Un estudio realizado por investigadores andaluces en Venezuela concluye que el pez sapo (Halobatrachus didactylus) podría erigirse en un modelo experimental idóneo para avanzar en investigaciones de diferentes enfermedades.

En la investigación encontraron por primera vez las características histológicas e inmunohistoquímicas del páncreas endocrino del pez sapo. En sus investigaciones han hallado hasta cuatro tipos celulares en el denominado 'cuerpo de Brockman': glucagón, la insulina, la somatostatina y el polipéptido pancreático.

El pez sapo agrupa un conjunto de géneros que se utilizan como modelos experimentales en investigaciones básicas y aplicadas de fisiología, cardiología y toxicología. Este tipo de pez presenta muchas características iguales que otros peces pero algunos rasgos los tiene más desarrollados.

Además del rango de experimentación que ofrece esta especie, ofrece soluciones para el estudio de cardiopatías. Así, el electrocardiograma presenta similaridades con el humano, siendo posible inducir arritmias e infartos y recuperaciones cardíacas; su sistema respiratorio mixto utiliza las branquias, pero también se sirve de la piel para respirar, al igual que algunos anfibios. Esto hace que sea capaz de sobrevivir hasta cuatro horas fuera de su ambiente. Estos cambios singulares, podrían ser adaptaciones al medio en el que habita.



Ovejas inteligentes.


Unas investigadoras sometieron a siete ovejas a diferentes pruebas cada vez más complejas. Durante una de las pruebas, las ovejas aprendían a escoger entre dos cubos, uno azul y otro amarillo. La diferencia entre los dos recipientes era que sólo el azul contenía un premio en forma de comida. Las ovejas aprendieron a escoger el cubo correcto, hasta que la recompensa pasó a estar en el cubo amarillo. No obstante, las ovejas terminaron por aprender que la comida había cambiado de cubo en un proceso que llamado aprendizaje inverso.

En otro experimento aún más intrincado, las ovejas tenían que acertar dónde estaba el premio, pero eligiendo esta vez entre cubos iguales. Ahora, la diferencia entre los dos recipientes estribaba en el color azul o amarillo de unos conos situados cerca de los cubos y, de nuevo, las ovejas aprendieron el procedimiento correcto.

Más adelante, cambiaron el color de los cubos y pasaron a ser morado y verde e incluso la propia forma de los recipientes. Las ovejas siempre aprendían donde estaba su recompensa

Sin embargo, como todos los procesos de aprendizaje, el de estas ovejas también estuvo salpicado por las sombras. Aunque estos animales son ciertamente más listos de lo que se pensaba, durante las pruebas las ovejas defecaron, orinaron, pasearon ajenas a los cubos, se pusieron a balar e incluso llegaron a abandonar el recinto de pruebas.

Solo seis de las siete ovejas completaron todas las pruebas porque la 'oveja descarriada' que no acabó el experimento se rompió una pata y le faltaron pruebas por completar.

En cada prueba si las ovejas acertaban su recompensa era comerse la comida que había en los recipientes si fallaban tenían que esperar un tiempo para poder realizar de nuevo la prueba.

Otras habilidades ovinas incluyen clasificar familias de vegetales y reconocer las caras de otras ovejas de su rebaño. Cuando están nerviosas es muy fácil tranquilizarlas enseñándole fotos de otras ovejas.

Además, también pueden reconocer, diferenciar y recordar las caras de las personas con las que han convivido y son capaces de recordar su rostro hasta dos años después. 


martes, 1 de marzo de 2011

El aceite de pescado ayuda a combatir la malnutrición asociada al cáncer.


Los suplementos de aceite de pescado podrían prevenir la pérdida muscular y de peso que suele producirse en los pacientes con cáncer que pasan por la quimioterapia, según un estudio de la Universidad de Alberta. El estudio indica que el aceite de pescado podría ayudar a combatir la malnutrición asociada al cáncer.

La quimioterapia puede producir en los pacientes de cáncer la pérdida de masa muscular y malnutrición, lo que conduce a cansancio, menor calidad de vida, incapacidad para recibir los tratamientos necesarios y una menor supervivencia.


Los investigadores compararon los efectos del aceite de pescado, que contiene ácidos grasos omega-3 con el tratamiento estándar sobre peso, músculo y tejido graso en pacientes de cáncer de pulmón de células no pequeñas recién derivados a la quimioterapia.


En el ensayo participaron 16 pacientes que tomaron aceite de pescado (2,2 gramos de ácido eicosapentaenoico) y 24 pacientes que no los tomaron. El estudio se desarrolló hasta que los pacientes completaron los tratamientos iniciales de quimioterapia, que duraban alrededor de 10 semanas.


Los pacientes que no tomaron el aceite de pescado perdieron una media de 2,3 kilogramos mientras que los que recibieron este suplemento mantuvieron su peso y tenían mayores aumentos en ganancia muscular. Sólo el 29% de los pacientes del grupo de cuidados estándar mantuvo su masa muscular y de forma global, los pacientes de este grupo perdieron 1 kilogramo de músculo. Sin embargo, no se observaron diferencias en el tejido graso total entre los dos grupos.


La investigación concluyó con que con la intervención nutricional de dos gramos de aceite de pescado al día permitirá a los pacientes mantener su peso y masa muscular durante la quimioterapia.

Uno de los investigadores dijo que el aceite de pescado podría ser beneficioso para pacientes con otras formas de cáncer y otras enfermedades crónicas asociadas con la malnutrición, así como en individuos mayores que tienen riesgo de pérdida muscular.